Hermano Seguro - Capítulo 0

Prólogo

—Uf…

Sobre sus párpados cerrados, sintió el calor de los rayos del sol. Al darse cuenta de que ya era de mañana, a Yuju se le escapó un gemido por la presión que oprimía su piel.

La sensación de los duros músculos, apostados como armas por todo su cuerpo, el calor corporal tan ardiente que parecía derretir la carne, y hasta la sensación, ahora no tan desconocida, que transmitían sus piernas entrelazadas.

Parecía que aún no era suficiente, a pesar de haberlo experimentado una y otra vez toda la noche. Él, que en la vida cotidiana no permitía el más mínimo descontrol, en la cama era un verdadero canalla.

—¿Una vez más?

Bajo sus cejas bien definidas, sus negras pupilas, oscuras como la noche, centellearon. Entre ellas, su afilada nariz y sus labios rojos también sobresalían. Todo lo que antes había considerado bello como una escultura, ahora lo percibía como peligroso.

Su mirada era como si hubiera estado esperando solo a que yo despertara. Ante su lado desconocido, que antes no podía ni imaginar, Yuju se sintió como si estuviera soñando.

Como si quisiera demostrarle que no era un sueño, Seowon apretó sus manos entrelazadas contra las sábanas con suavidad, como si las estuviera atando.

Sintió su aliento caliente en su nuca. Era un lugar donde Seowon había mordido y chupado toda la noche, dejando sus marcas.

Cuando el estímulo se repitió sobre las marcas que yacían como cicatrices, Yuju recuperó abruptamente la conciencia.

—¡No, no!

Al comprender la situación, Yuju expresó tardíamente su voluntad de rechazo, pero sus palabras fueron bloqueadas por los labios de Seowon. En su actitud de rechazar su negativa, comprendió que la respuesta ya estaba decidida desde hacía mucho tiempo.

Yuju puso una expresión al borde del llanto, presintiendo que los actos de ayer se repetirían.

«Oppa, usted antes no era así».

No pudo lograr sacar las palabras que le llegaban hasta la garganta y cerró los ojos. Mientras recordaba cómo imaginaba a Seowon antes de que vivieran juntos como esposos.

Un hombre que parecía no tener ninguna relación ni siquiera con la palabra mujer.

Alguien distante del deseo,que siempre mantenía la calma como un lago sereno.

Seowon había perdido completamente la apariencia que Yuju conocía antes.

A diferencia de su mente confusa, el cuerpo de Yuju se adaptó a la realidad.

“Ajá. Todo es algo que yo misma elegí y busqué.”

Yuju reflexionó sobre su propia atrocidad. Porque le parecía que ella había corrompido al amigo puro e inocente de su hermano.

Al oppa más seguro del mundo.