El gato está en huelga - Capítulo 81

  1. Home
  2. El gato está en huelga
  3. Capítulo 81
Prev
Next
Novel Info

—E-esto… ¿qué es…?

 

Un golpe inesperado en la nuca: un relámpago en cielo despejado. Pero Ries no tenía tiempo para explicaciones ni para disculpas.

 

La energía de Sepite aún flotaba en el aire, manteniendo a Edler contenido… pero no por mucho.

 

Había que intentarlo todo antes de que se liberara. Con el juguete ya en la boca, Ries se acercó apresuradamente.

 

‘Solo tengo que repetir lo que hice antes.’

 

Ya lo había hecho una vez. El resultado estaba rodando detrás de él, quejándose de dolor.

 

El muñeco de papa gigante, feo, torpe y absurdamente inútil, cayó a sus pies.

 

Ese sería el recipiente para encerrar a Edler. Sin brazos ni piernas, sin espada, sin nada más que la capacidad de rodar por el suelo.

 

Ries entrecerró los ojos, evaluando a su enemigo. Edler, que solía sonreír con locura, ahora temblaba.

 

Como si realizara una cirugía delicada, Ries alzó la pata con solemnidad, afilando sus garras.

 

—¡Myaouk!

 

¡Ahora!

 

Golpeó con toda su fuerza.

 

Sintió cómo sus garras rasgaban la piel, y una energía familiar comenzó a surgir. Tiró con fuerza, como arrancando un nabo.

 

—Grrrgh…

 

—¡Aaagh!

 

La voz se dividió en dos.

 

‘Está funcionando…’

 

Pero solo hasta ahí. Edler, sintiendo el peligro, comenzó a resistirse. Ries perdía fuerza.

 

Si lo soltaba, Edler se escondería aún más profundamente. Ya lo había vivido antes.

 

Era previsible. Ya había sentido que su fuerza no bastaba contra Sepite. Contra Edler, no podía permitirse errores.

 

Ries se concentró. Ya había tomado la decisión.

 

Imaginó su pata suave como algodón transformándose en una mano humana.

 

—¡…!

 

Una luz blanca lo envolvió.

 

Estaba frente a Edler, concentrado en transformarse, y no pudo evitar el impacto.

 

Su visión se iluminó. Sintió cómo su cuerpo crecía. Miró a su alrededor, confundido.

 

‘¿Fue un ataque…?’

 

No dolía. No sentía daño.

 

¡Crack!

 

Un sonido de ruptura. Miró hacia abajo. El collar cayó.

 

‘…¿La campanita?’

 

Convertido en humano, el collar no podía permanecer intacto. No había tiempo para quitárselo. Era inevitable.

 

Pero lo que importaba era la campanita plateada.

 

Se había partido por la mitad. De su interior salió una energía roja que se disipó como una llama apagada.

 

No podía detenerse a pensar en eso.

 

—Jeje… jejeje… Ahora lo entiendo. Tú…

 

—¡No eres una criatura! ¡Eres un hombre-bestia!

 

Edler se había liberado de la energía de Sepite.

 

Por suerte, había perdido la espada. Y aún no controlaba bien el cuerpo de Averitt.

 

Pero su odio, afilado por años, impregnaba el aire como una niebla venenosa.

 

Con los músculos del rostro tensos, gritó

 

—¡Tenía razón!

 

—¡Debo matarte!

 

—¡Debo poseerte!

 

—¡Pisotearte una y otra vez!

 

—¡Cortar tu cuello y exhibir tu muerte!

 

—¡Solo así se cumplirá mi deseo, mi anhelo, mi obsesión!

 

Las dos voces malditas lanzaban sus maldiciones al unísono.

 

—¡Muere, muere, muere, muere, muere!

 

—¡Muere, muere, muere, muere, muere!

 

Una locura que superaba la obsesión. Como un robot oxidado, Edler se movió.

 

—¡Grrgh!

 

Una mano poderosa atrapó la muñeca de Ries.

 

La fuerza era brutal. Dolía tanto que casi lloraba.

 

Pero no soltó. No podía. Si cedía, todo se perdería.

 

Como miembro de los Myojok, su toque debilitaba la energía maligna. Cada contacto hacía retroceder a Edler.

 

Pero su fuerza también se agotaba.

 

Era la segunda vez que intentaba encerrar un alma. No había técnica, solo fuerza bruta.

 

‘Solo un poco más…’

 

Si aguantaba un poco más, podría ganar. Las lágrimas corrían por sus mejillas.

 

Reunió toda su energía. Escuchó a Sepite gritar algo, pero no lo entendió.

 

Su piel se enfrió. Su visión giraba.

 

Y entonces, Edler se debilitó.

 

—¡Aaagh…!

 

Un grito desgarrador. Pero no era Edler. Era Averitt.

 

Sus ojos, antes negros, se voltearon.

 

El equilibrio se rompió. El alma de Edler comenzó a salir.

 

—¡¿Qué es esta energía?! ¡¿Por qué ahora?!

 

Su forma temblaba. Su voz se quebraba.

 

Edler tenía miedo.

 

—¡No! ¡No! ¡No he logrado nada! ¡Nada! ¡¿Por qué tú siempre…?!

 

Su desesperación era incomprensible.

 

Y entonces, la puerta del despacho se abrió de golpe.

 

‘¿La puerta?’

 

El tiempo se ralentizó. Ries, con dificultad, miró hacia la entrada.

 

‘Justin…’

 

Sus ojos rojos dejaron una marca imborrable.

 

El dolor, el agotamiento, la tensión… todo nublaba su mente.

 

Cuando entendió lo que pasaba, Justin ya había desenvainado su espada.

 

‘Ah.’

 

La espada se movió. Ries pensó.

 

Un intruso en el castillo. Un tío convertido en criminal. Ambos debían ser eliminados. Pero uno era de sangre.

 

La decisión era clara. Ries cerró los ojos, esperando el dolor.

 

Pero…

 

—¿…?

 

No llegó.

 

Abrió los ojos. Algo pesado cayó al suelo.

 

Miró. Era una mano. La de Averitt. La que lo sujetaba.

 

Ries, aún confundido, actuó por instinto.

 

Edler, debilitado y sin mano, no pudo resistir más. Su alma se desprendió.

 

Ries la empujó dentro del muñeco. El muñeco cayó al suelo, tragando el alma.

 

—…

 

Se acabó.

 

Respiró lentamente. Edler estaba sellado. Pero aún quedaba Justin.

 

Con esfuerzo, abrió los ojos. Debía volver a ser gato. No podía ser capturado.

 

—Ah…

 

Pero su cuerpo no respondía. Estaba demasiado débil.

 

Su visión se distorsionaba. Intentó parpadear, pero no sirvió.

 

No era la vista. Era su cuerpo tambaleándose.

 

Y entonces, sintió calor en su piel.

 

Estaba envuelto en una manta.

 

—¿Jus…tin…?

 

—Sí.

 

Levantó la cabeza, incrédulo. Pronunció su nombre.

 

Sus ojos rojos seguían ardiendo.

 

Y Ries lo entendió. Como si una piedra cayera sobre él.

 

‘Tal vez… ya lo sabía.’

 

Si Sepite lo hubiera oído, lo habría llamado tonto.

 

Pero su cuerpo y mente ya no podían más. Su conciencia se apagó.

 

En la oscuridad…

 

—Te bendigo.

 

—A ti, que marchitarás añorando lo que fue.

 

—Que en la tierra de los ■, florezca el ■ que anhelas.

 

—A ti, que ■■, te doy mi ■.

 

Una voz dulce, familiar, resonó en su oído. Como si lo hubiera escuchado alguna vez.

 

Vistas totales: 0
Prev
Next
Novel Info

Comments for chapter "Capítulo 81"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

You must Register or Login to post a comment.

♥ Gracias ♥

Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥

All Genres
  • +19 (175)
  • Acción (48)
  • Adulto (178)
  • Apocalíptico (5)
  • Aventura (23)
  • BDSM (17)
  • BL (176)
  • Ciencia Ficción (12)
  • Comedia (121)
  • Crimen (26)
  • Demonios (18)
  • Deportes (7)
  • Descensurado (18)
  • Drama (289)
  • Ecchi (17)
  • Familia (22)
  • Fantasía (212)
  • Gender Bender (6)
  • GL (6)
  • Gogogo (70)
  • Harem (17)
  • Histórico (56)
  • Horror (8)
  • Isekai (19)
  • Josei (116)
  • Magia (28)
  • Mazmorras (4)
  • Militar (7)
  • Misterio (28)
  • Omegaverse (10)
  • Psicológico (30)
  • Reencarnación (34)
  • Regresión (15)
  • Romance (344)
  • Seinen (5)
  • Shoujo (95)
  • Shounen (13)
  • Sistemas (2)
  • Smut (100)
  • Sobrenatural (41)
  • Soft BL (27)
  • Supervivencia (11)
  • Terror Psicológico (10)
  • Thriller (9)
  • Tragedia (36)
  • Trasmigración (16)
  • Vampiros (3)
  • Venganza (20)
  • Vida cotidiana (47)
  • Vida escolar (53)
  • Videojuegos (7)
  • Wuxia (0)

Madara WordPress Theme by Mangabooth.com

Sign in

Lost your password?

← Back to New Cat

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to New Cat

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to New Cat