El gato está en huelga - Capítulo 67
—¡Uwaaah!
Un grito estalló detrás de ellos. Uno de los sirvientes había chillado al ver la repentina aparición de la llama azul.
—¡Señor Ries, retroceda! ¡Yo me encargo!
Melissa ya había desenvainado su espada y estaba lista para lanzarse. Parecía que iba a saltar en cualquier momento.
—¡Miauuu! ¡Nyak!
¡No vengas! ¡No vengas! Ries gritó con fuerza. Melissa se detuvo, leyendo claramente su negativa.
Ries miró hacia arriba. La llama azul flotaba como un fuego fatuo de leyenda. Desde lejos no se vería, pero él, tan cerca, podía distinguirlo.
No era fuego. Era una especie de energía que Sepite emitía, rodeando el peluche. Como tenía cuerpo físico, los humanos podían verlo. En otras palabras…
‘…Se nota demasiado.’
Demasiado visible. No era de extrañar que lo hubieran descubierto. Ries recordó la excusa de Sepite.
—Cuando lucho con esos espíritus, mi cuerpo se vuelve azul sin querer. ¡Es molesto!
Bueno. Al menos no habían descubierto que había alguien dentro del peluche. Por poco no lo tachaban de gato poseído.
‘Aunque lo soy…’
En fin, era hora de terminar con esta historia. Ries levantó la pata con calma.
Y, tal como había acordado con Sepite…
—¡Meeooow!
Golpeó. Por supuesto, sin garras. Un suave manotazo. Aunque el sonido no fue tan pacífico.
¡Paf!
Con un golpe sordo, la llama fue lanzada y rodó por el suelo. Sepite, fuera del campo de visión, apagó su energía.
—Ugh…
Se oyó un gemido. Ries no tuvo tiempo de preocuparse.
—¡Señor Ries!
Melissa corrió hacia él. Lo revisó con cuidado, buscando heridas.
Ries la miró y se estremeció. Sus ojos verdes brillaban con lágrimas.
—Snif… Lo siento. Fallé en mi deber de protegerlo. Soy una caballera inútil…
—¿Nya?
—¡Pero… pero…!
Melissa cayó de rodillas.
—¡Fue tan valiente y admirable! ¡Derrotó a un fantasma con esa adorable patita! ¡Debería haberlo dibujado! ¡Ah, no! ¡Tal vez se quemó la almohadilla! ¡Una herida podría infectarse! ¡Entonces yo sufriría, el duque sufriría!, ¡y la casa se derrumbaría!
Ries le puso la pata en la boca. Demasiado ruido. Demasiado drama. Pero Melissa parecía emocionada.
—¡Una recompensa…!
Ries retiró la pata de inmediato. Su expresión era incómoda.
Ketir se acercó. Ya no tenía el ajo en la mano.
También revisó a Ries, especialmente la pata que había golpeado la llama. Aunque había estado al margen, claramente se preocupaba.
—Uff. Qué alivio. Casi me mata el duque.
‘…Pensaba en sí mismo.’
Ries lo mordió. Ketir gritó, pero fue ignorado.
Ries miró a los sirvientes, que lo observaban con ojos brillantes.
‘Los rumores deberían calmarse.’
La idea de que Justin era el culpable de los fantasmas se desvanecería. Después de todo, la criatura sagrada había elegido al duque como su amo.
Y los sirvientes cumplieron con su parte. Se inclinaron profundamente.
—¡Gracias! ¡Ahora podré dormir tranquilo!
—¡Gracias por salvarme!
También eran dramáticos. Pero sus lágrimas eran sinceras.
—Aunque dijimos cosas horribles sobre el duque, usted nos perdonó. ¡Es una verdadera criatura sagrada!
—¡Sí! ¡Y si alguien lo niega, lo enfrentaremos!
Incluso hablaban con elocuencia. Melissa asintió con orgullo. Ries también lo hizo, aunque con desgana. Parecía que ellos mismos corregirían los rumores.
Ries esperó el momento adecuado para recuperar a Sepite.
La oportunidad llegó pronto.
—Señor Ketir, huele a ajo.
—Es mi amuleto. Respete mi fe.
—Hmm… ¿Qué pensaba hacer con él? ¿Lanzarlo?
—No lo había pensado.
—Nunca se sabe. ¿Y si lo tritura y lo lanza a los ojos?
—Qué cruel. Lo consideraré.
Mientras hablaban tonterías, Ries recuperó a Sepite. Lo revisó discretamente. Le preocupaba haberlo golpeado.
‘Hmm.’
Su cola estaba extrañamente negra. Ries intentó limpiarla con la pata, pero no se quitaba.
Sus ojos temblaron. Al final, decidió ignorarlo.
‘Buena suerte.’
Tenía la sensación de que Sepite volvería al lavadero pronto.
La situación se resolvió rápidamente. Aunque Ries había hecho un poco de teatro, no causó problemas.
—Volvamos. El duque nos espera.
Con esa frase de Ketir, todos se movieron con rapidez.
Mientras los humanos limpiaban la cocina, Ries asomó la cabeza por la puerta.
El pasillo, sin luces, estaba envuelto en oscuridad. Parecía el lugar perfecto para que apareciera un fantasma.
‘No. Basta.’
Cortó sus pensamientos. Las palabras pueden hacerse realidad. Aunque Sepite estaba cerca, no quería tentar al destino.
—…
¿No quería…?
Una figura azul se movía al fondo del pasillo. Ries, sorprendido, soltó a Sepite.
—¡Oye! ¡Otra vez me ensucias!
Sepite rodó por el suelo, molesto. Pero Ries no podía responder.
¿Un fantasma? Era posible. Desde que habló con Sepite, Ries sabía que podía encontrarse con uno. No esperaba que fuera hoy.
Pero no era el miedo lo que lo paralizaba. Ya se había preparado para eso.
Lo que lo sorprendía era otra cosa. Aunque la figura desapareció como un espejismo, Ries aún podía recordarla.
‘Se parecía…’
A Justin.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
—Haa…
Diana regresó al templo tras cumplir su misión. Se pasó la mano por el cabello, molesta. El olor del barrio pobre parecía haberse impregnado.
Y sus manos… El clima seco había agrietado su piel blanca.
Mientras pensaba en cómo cuidarse, vio una cara familiar. Era Haili, una sacerdotisa con la que hablaba a veces.
‘Hoy estoy cansada.’
Intentó evitarla. Aunque Haili era amable y traía información útil, hablaba demasiado. Hoy no tenía paciencia.
—…¿De verdad?
Pero al escuchar una frase, Diana se detuvo. Se acercó a Haili y su grupo, con una sonrisa encantadora.
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♥ Gracias ♥
Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥