El gato está en huelga - Capítulo 48

—¡E-este mocoso…! ¡¿Cómo te atreves a meterme en este cuerpo ridículo?! ¡¿Y encima te transformas en humano así como así?! ¡Eso es trampa!

 

Sepite, que hasta entonces había estado callado, estalló. Al parecer, al entrar en el cuerpo del peluche, su edad mental se había reducido, porque su forma de hablar se volvió infantil.

 

Ries soltó una risa burlona.

 

—¿Y por qué sería trampa? Usé mi poder de forma justa.

 

Se rió con descaro… y luego:

 

—¿?

 

Se quedó helado.

 

Un momento. ¿Acabo de hablar? Se llevó la mano temblorosa al cuello. La piel lisa, sin pelaje, se sentía extraña al tacto.

 

—…

 

Maldita sea. Su rostro se sonrojó. Cambió de cuerpo de inmediato. Aunque le costó un poco por la falta de energía, logró volver a su forma felina.

 

‘Debí hacerlo antes…’

 

Estaba tan desconcertado por el agotamiento que lo olvidó. Avergonzado, se sonrojó aún más. Por suerte, el único testigo estaba demasiado ocupado enfadado como para notar nada.

 

‘Seguramente usé energía al meter a Sepite en el peluche.’

 

No había otra explicación.

 

Aun así, había aprendido mucho. Sabía cómo introducir un alma en un peluche, y que eso consumía energía. Si volvía a hacerlo, podría prepararse mejor.

 

‘Aunque no es algo que quiera repetir…’

 

Nunca se sabe. Mejor estar listo.

 

Sacudió el cuerpo y miró al frente. El peluche de pez flotaba en el aire. Parecía nadar en un mar transparente.

 

—Maldita sea. No puedo salir.

 

¿Intentaba escapar? No lo sabía.

 

Fuuuu. Un largo suspiro salió del peluche. Aunque su actitud era pesimista, su aspecto era adorable.

 

—Mocoso. ¿Sabes qué crimen acabas de cometer? Yo, que una vez dominé el imperio con mi belleza, ahora estoy atrapado en este… cuerpo incompleto…

 

—Miaaau…

 

Qué narcisismo. Ries soltó un suspiro incómodo, pero luego cambió de opinión.

 

‘Bueno, sí era guapo.’

 

Aunque tenía un tono azulado, sus rasgos eran tan definidos que incluso Ries se había sorprendido. Pensó en el rostro de Justin. Si se curara por completo y se le añadiera un toque de frescura, se parecería bastante.

 

Una belleza que ignoraba los gustos personales. Aunque le doliera, decidió aceptar su afirmación de que había dominado el imperio con su apariencia.

 

—Nyaang. Meooooow.

 

‘Pero al menos puedes salir. Si no te gusta, puedo sacarte.’

 

Cambió de tema como si nada. Sepite, que hasta hace poco se quejaba sin parar, se quedó en silencio.

 

Al parecer, no quería salir. Mejor así.

 

‘No sabría cómo sacarlo.’

 

Hubiera sido un problema.

 

—Ha… ¿Cómo terminé así…?

 

El peluche cayó al suelo. Bueno, sus aletas se desplomaron. Finalmente, parecía aceptar la realidad.

 

‘Expresa sus emociones con la cola.’

 

Era algo tierno. Tal vez ese cuerpo le quedaba mejor. Pero si lo decía, seguro se enfadaría, así que Ries se lo guardó.

 

Con todo lo ocurrido, el problema estaba resuelto. Sepite tenía un cuerpo y podía salir de la mansión.

 

No lo había probado aún, pero estaba seguro de que funcionaría. Podría acompañarlos al territorio del duque.

 

—Miau. Nyangnyangnyang.

 

Aunque había algunas reglas que debía seguir.

 

—Está bien, dime. Ya que me convertí en un pez sin querer, haré lo que sea…

 

Ignoró el tono derrotado.

 

Enumeró las precauciones, no volar sin razón, no hablar sin necesidad, y sobre todo, no decir nada frente a Justin.

 

Sepite no protestó. Asintió, o más bien, movió el cuerpo arriba y abajo. Era algo adorable.

 

Ries habló sin pensar.

 

—¿Meeeeeooow?

 

‘¿Puedo llamarte Sepi?’

 

Los ojos redondos se volvieron hacia él. Sepite lo miró con una expresión imposible de leer, y finalmente respondió

 

—Como quieras.

 

Su voz fue más suave de lo esperado. Ries sonrió ampliamente. Se sentía más cercano.

 

Cof, cof. Se oyó un carraspeo incómodo. Sepite cambió de tema.

 

—Entonces, ¿cómo se supone que me mueva? Dijiste que no volara.

 

—Nyang. Nyak.

 

‘Ah, eso…’

 

ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ

 

Así fue.

 

—…

 

Clack. Justo antes de que se abriera la puerta, Sepite murmuró con voz llena de vergüenza.

 

—Maldita sea. Nunca imaginé que acabaría siendo transportado por un gato. Esta humillación… eres el primero en lograrlo. Considérate honrado.

 

—Nyak.

 

‘Shh.’

 

—Tch.

 

Aunque se oyó un chasquido de lengua, Sepite obedeció. Ries empujó su cuerpo por la rendija de la puerta.

 

—Buen trabajo.

 

La voz que lo recibió fue la de Justin.

 

Normalmente, lo acariciaría enseguida. Pero hoy tardó más de lo habitual. Ries lo miró de reojo.

 

Los ojos rojos de Justin estaban fijos en el peluche que Ries llevaba en la boca, Sepite.

 

—…

 

Ries empezó a sudar.

 

—Me alegra que te diviertas con él.

 

Justin acarició su cabeza suavemente. Ries se relajó, y su mandíbula se aflojó. El peluche cayó al suelo.

 

—¡Ack!

 

—¿Hmm?

 

Un gemido inesperado se escapó. Aunque fue muy leve, Justin lo escuchó.

 

—¡Nyaang~!

 

Ries saltó. Luego rodó por la alfombra, mostrando la barriga. Justin se acercó enseguida y Ries frotó su cabeza contra su mano.

 

Con esa ternura, Justin se olvidó de todo lo demás. Ries era un maestro en robarle la atención.

 

Solo entonces Sepite pudo suspirar aliviado. Qué descendiente tan aterrador.

 

ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ

 

Antes de dormir, Ries colocó el peluche de pez junto a la almohada. Sabía que Sepite estaba dentro, y no quería dejarlo en el suelo o en una caja de juguetes.

 

Después de todo lo vivido, se durmió enseguida. Su conciencia se desvanecía lentamente…

 

—…Gracias.

 

Una voz suave se oyó.

 

Ries abrió los ojos de golpe.

 

—¿Despertaste?

 

Parpadeó, confundido. La luz del sol se filtraba entre las cortinas.

 

…Era de mañana.

 

El latido de su corazón, el movimiento rítmico del pecho de Justin… todo lo invitaba a volver a dormir. Se levantó con lentitud.

 

—…Podrías dormir un poco más.

 

La voz de Justin, llena de nostalgia, le hizo cosquillas en el oído. Pero no lo retuvo. Era parte de su rutina.

 

Cada mañana, cuando Justin comenzaba su día, ambos despertaban juntos. Ries solía dormir sobre su pecho, pero a esa hora se apartaba para dejarlo trabajar.

 

Justin se levantaba, se aseaba, se vestía y comenzaba su jornada. Ries hacía una de dos cosas, lo observaba con ojos brillantes o se volvía a dormir.

 

Hoy eligió lo primero.

 

Como se había dormido temprano, no tenía ganas de volver a dormir. Bostezó y rodó sobre la suave manta.

 

Toc. Su pata chocó con algo.

 

—¿Meow?

 

Miró con curiosidad y recordó. Había dormido cerca de Sepite.

 

En lugar de observar a Justin, lo miró fijamente. Recordaba haber oído su voz antes de dormir, pero como estaba medio dormido, no estaba seguro.

 

‘Bueno… si era importante, lo repetirá.’

 

Ahora había algo más urgente.

 

Mientras Justin estuviera en la habitación, Sepite no podía hablar. Tal vez por eso su expresión era más intensa. Sus ojos redondos parecían decir

 

‘Este colchón es increíble.’

 

Al parecer, al estar dentro del peluche, sus sentidos se habían agudizado. Sepite, aprovechando que Justin no lo miraba, se dio la vuelta con rapidez.