El gato está en huelga - Capítulo 20
La maldición que le devoraba la mitad del rostro tenía una apariencia que fácilmente provocaba un intenso asco y temor en los seres vivos.
Justin no lo ignoraba. Más bien, lo sabía mejor que nadie. Sabía exactamente cómo reaccionaban aquellos que se percataban de su rostro, de su cuerpo, de la maldición.
Por eso se había esforzado tanto en ocultarlo.
‘Por miedo a que yo lo evitara.’
Con la débil fuerza de un gato, lo único que pudo hacer fue ejercer una leve resistencia sobre la puerta que estaba a punto de cerrarse. En realidad, lo que empujó fue una rendija apenas perceptible.
Por eso la puerta se estaba cerrando rápidamente. Probablemente, Ketir no había alcanzado a ver bien el interior.
Aun así, para Ries, esa velocidad se sintió extremadamente lenta. Como si el tiempo fluyera despacio.
¿Sería por su excelente visión cinética?
Tal vez no. Porque, en ese brevísimo instante, la persona que estaba dentro también se volvió a mirar hacia acá y, al final, sus miradas se cruzaron.
Los ojos de Justin se abrieron desmesuradamente por el asombro, Clac.
La puerta se cerró.
—……
El ambiente quedó en silencio. Ketir soltó un profundo suspiro. Parecía sorprendido solo por la acción inesperada de Ries, sin tener idea de que había cruzado miradas con Justin dentro.
—Regresemos.
Esta vez no opuso resistencia y se dejó llevar. Ries cerró los ojos en silencio, sin llorar.
¿Sería que la reacción inusual lo había desconcertado? De repente, dijo algo que normalmente no mencionaba.
—Por la noche, los síntomas de la maldición se intensifican y suele tener ataques.
Ries abrió los ojos de golpe. Al mirar de reojo hacia Ketir, él también parecía sumido en sus pensamientos.
—Aun así, si toma la medicina rápidamente, estará bien. Así que no te preocupes.
Volvió la mirada hacia la ventana. Aunque las cortinas impedían ver claramente el exterior, era evidente que el sol aún no se había puesto.
¿Será por eso? Aunque no lo expresó con palabras, Ketir también parecía visiblemente preocupado.
De pronto, surgió una duda. ¿Conocerá él el rostro que se oculta bajo la máscara de Justin?
—Uff… ¿Qué hago hablándole a un gato?
—¡Miaaau!
Pero lo único que recibió como respuesta fue un murmullo lleno de autocompasión. Y el gato, ofendido.
Ries exclamó con fuerza y dio unos golpecitos en el brazo de Ketirr. Total, la información que había escuchado por primera vez le había despertado el interés. Estaba listo para escuchar más.
Claro que Ketir no era una persona fácil. Ya sabía que no hablaría fácilmente del tema que quería. Por eso pensaba presionarlo con insistencia.
—…Cuanto más lo veo, más extraño me parece.
Las palabras que salieron repentinamente no sonaban nada prometedoras.
—No será que hay una persona dentro, ¿verdad?
Bajó suavemente la pata que estaba a punto de golpearlo. La reacción fue tan moderada que incluso sus ojos se entrecerraron. No podía ser, pero aun así, el sudor comenzó a escurrirle por la espalda.
Se lamió la pata en una posición un poco incómoda. Así encontraba la paz interior…
Por suerte, parecía ser un comentario sin mayor sentido, pues Ketir apartó pronto la mirada inquisitiva. Ojalá no dijera cosas así ni en broma, que el susto era real.
El silencio volvió a reinar. Ketir ya no parecía querer hablar más.
Ries cerró lentamente los ojos.
‘Hoy dormiré temprano.’
Tenía el presentimiento de que esta noche sería especialmente larga.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
—¡Miiiaaaaauuuu!
A la mañana siguiente. Ries, que se había despertado al alba, fue directo a la habitación de Justin. Al rascar la puerta con insistencia, percibió movimiento desde el interior.
‘Ya debería haber abierto con todo lo que he rascado.’
Pero la respuesta fue más lenta que de costumbre. La puerta, que normalmente se abría enseguida, seguía cerrada.
‘No querrá dejarme afuera, ¿verdad?’
Con una mirada llena de disgusto, apenas por un momento, movió las garras con más insistencia hasta que finalmente la puerta se abrió. Desde dentro, apareció un rostro enmascarado.
Aunque el “asomar” de Justin era desde la perspectiva humana. Para un gato (con ese cuerpo casi líquido) aquella abertura era más que suficiente, ideal incluso, para pasar con los ojos cerrados.
Se deslizó hacia dentro como el agua. Desde arriba, se oía una respiración agitada.
Sin mirar atrás, caminó con pasitos veloces. Su objetivo era la cama. Ries saltó de un brinco y comenzó a revolcarse por encima.
El pelo se quedaba pegado por todas partes. Hoy parecía estar un poco desordenada, pero ¿a quién le importa? Lo realmente importante era demostrar que su rutina seguía igual que siempre.
Justin se acercó con duda. Ries dejó de revolcarse y lo miró. En cuanto sus miradas se cruzaron, los hombros de Justin se sobresaltaron.
‘Cualquiera pensaría que él es el animal pequeño.’
Una imagen poco compatible con su tamaño, pero no había una expresión que lo describiera mejor.
El silencio se instaló. En otro momento, Justin habría sido el primero en saludar por la mañana, pero hoy no dijo nada. Estaba claro que seguía dándole vueltas a lo ocurrido antes de separarse.
Ese silencio incómodo… Era como el aire nostálgico de cuando recién se conocieron…
—Miaaaau.
¿Qué podía hacer? Solo podía actuar como si nada pasara. Maulló suavemente mientras agitaba las patitas que tenía juntas con delicadeza.
Justin, como hipnotizado, inclinó la cabeza. Murmuró casi al borde del llanto
—…Tú…
Antes de notarlo, la patita de Ries estaba suavemente apoyada sobre la máscara de Justin. Justo del lado donde las venas oscuras cubrían la piel por completo.
Justin tomó esa pequeña patita con delicadeza y la apoyó contra su rostro. Aunque era diminuta, se sentía tan firme que parecía capaz de protegerlo de cualquier tormenta.
Entonces, con voz entrecortada, dejó salir las palabras. No era una pregunta ni una duda. Era una certeza.
—No me tienes miedo.
Ries, que había estado tumbado boca arriba, se incorporó y frotó su cabeza contra él. Era como si dijera que era la respuesta correcta, como un premio. Por primera vez, Justin soltó una risa en voz alta.
Alguna vez había definido a Ries así, su primer y último deseo. Pero ahora, ya no.
Este pequeño era una fortuna tan brillante que ni entregando toda su vida sería suficiente para pagarla.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
Si le preguntaran qué es lo que más ha querido hacer últimamente, respondería esto
¡Dormir con su amo!
Como cada noche era inevitablemente cargado a la habitación de Ketir, desde que puso pie en esta mansión lo había escrito mentalmente en su lista de deseos.
Aunque intentó quedarse a escondidas más de una vez, era tan inflexible que ya lo había dado casi por perdido…
‘Pero ahora ya no.’
Así es. Esa misma mañana había tenido una conversación sincera y abierta con su amo. Aunque no fue muy fluida, eso sin duda fue una conversación.
El sol comenzaba a ocultarse lentamente. La luz roja entraba en diagonal por el hueco entre las cortinas.
Normalmente, ya debería estar preparándose para salir. Pero Ries se sentó tranquilamente y miró a Justin. Creía que, si lo miraba, parecería el mismísimo Gato con Botas.
—……
Los ojos de Justin temblaban como si hubiera un terremoto. Pero solo por un momento.
En cuanto Ketir puso un pie en la habitación, pareció tomar una decisión. Mirándolo con un rostro visiblemente cansado, Justin declaró con seriedad
—…Hoy no hace falta que te lo lleves.
—…¿Dormirá con él?
La respuesta no fue para nada común. En lugar de asentir, Ketir abrió la boca y observó a Ries con detenimiento. Era una mirada que decía ‘¿cómo demonios lograste convencerlo?’
Pero pronto su rostro se iluminó como una flor que florece. Ries nunca había visto a Ketir sonreír así.
No quería arruinar el momento, pero…
—Parece que se han hecho más cercanos.
—Podría decirse que sí.
—Qué bien. Le recomiendo que duerman juntos más seguido. Ayudará mucho a fortalecer su vínculo.
…¿No se está entusiasmando demasiado?
Casi parecía que las comisuras de sus labios alcanzarían las orejas. Mientras tanto, Justin se dejaba convencer por las dulces palabras de Ketir.
—¿Dices que fortalece el vínculo?
—Sí, escuché que cuanto más tiempo pasan juntos, más efectivo es.
—…Ya veo.
Ries guardó silencio.
No es que no tuviera razón, pero esa actitud como si se quitara un peso de encima le parecía molesta. Le daban ganas de comportarse con rebeldía.
Pero en cuanto volvió a mirar a Justin, abandonó por completo esa idea. Solo se le veían los ojos, pero se le notaba claramente lo emocionado que estaba.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
Y así, finalmente durmieron juntos. Ketir ya se había marchado hacía rato, aliviado.
‘Definitivamente, esta cama es muy cómoda.’
Se acomodó en la cabecera de la cama y la presionó con las patas. Sólida pero lo suficientemente mullida como para envolver, se sentía perfecta.
Claro que esa misma mañana ya había rodado sobre ella dejando pelos por todas partes, así que si lo pensaba, en realidad no era nada nuevo.
Comments for chapter "Capítulo 20"
MANGA DISCUSSION
♥ Gracias ♥
Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥