El gato está en huelga - Capítulo 17
El veterinario tembló. No debería haber venido por aquí de vacaciones.
Los días de gloria pasaron fugazmente por su mente.
Últimamente, una moda de criar mascotas exóticas se había extendido como un incendio entre los nobles, y gracias a eso, al comenzar su labor como veterinario dirigido a ese público, había podido ganar una fortuna que jamás imaginó tocar en su vida.
Pensó que había tenido suerte, pero… ¿acaso todo aquello no había sido dispuesto solo para culminar en esta desgracia?
‘Si cometo un error, podría perder la cabeza.’
¿Quién era el duque Laufe?
Un hombre que, cegado por la sangre, mató a sus propios padres, los anteriores duques. Había escuchado los horribles rumores, sirvientes y vasallos habían muerto a manos de ese hombre.
Si llegaba a cruzarse con él de la forma equivocada, sufriría tanto que hasta la muerte parecería una bendición. Así que, cueste lo que cueste, ¡tenía que salvar a este gato…!
A simple vista, no mostraba síntomas evidentes, y su estado general no parecía malo.
Pero lo más importante era su interior. Si era necesario, tendría que administrarle hierbas para inducir el vómito. Con el rostro tenso, sacó sus herramientas de examen.
Estuvo examinándolo un buen rato.
—¡Ah!
El veterinario se sobresaltó tanto que dejó caer el estetoscopio. Ketir preguntó con urgencia
—¿Tiene algo malo?
—No, no… no es eso. Es que, bueno… está completamente bien. Muy saludable.
—¿…Saludable?
El balbuceo excesivo ya era sospechoso. ¿Y decía que no tenía nada?
Pedir un sacerdote tomaba tiempo debido a los procedimientos. Por eso, el plan era tomar medidas preliminares con el veterinario y aguantar hasta que llegara el sacerdote.
No habían considerado otros escenarios, así que la respuesta del veterinario dejó algo perplejo a Ketir.
Y no inspiraba confianza. Si ya estaba asustado, ahora tenía el rostro pálido como una hoja de papel, como si hubiera visto un fantasma.
—¡Sí, sí! Por supuesto. A veces hay gatos que no sufren aunque coman uvas, ¿sabe? Parece que este es uno de esos casos.
—……
Ketir entrecerró los ojos. Nunca había oído algo así. Pero…
Miró hacia abajo. Apenas el veterinario soltó al gato, Ries se sacudió las patas y salió del regazo.
¿Que estaba empeorando? Nada de eso. Jugaba con la manga suelta de una prenda, como siempre. Incluso parecía de buen humor.
Ketir dudó. ¿Y si le daba hierbas a un gato que en realidad no estaba enfermo y eso le causaba un problema?
Ya que no parecía haber complicaciones graves, tal vez sería mejor esperar a que el sacerdote llegara para tratarlo.
Finalmente, asintió con la cabeza.
—…Entiendo. Pero por si acaso surge algún problema, le pido que permanezca en la mansión hasta mañana. Le pagaré más cuando finalice el tratamiento.
—¡Por supuesto! No hay problema.
No había otra opción.
De por sí, hay pocos veterinarios. Aparte de los nobles, nadie gastaba tanto en cuidar animales. Era lógico.
Ya había anochecido, así que aunque saliera de nuevo, sería difícil encontrar a quien buscaban.
Y esta era la casa del duque Laufe.
Por su infame reputación, no era fácil traer a alguien sin causar alboroto. Tomaría tiempo. Así que lo mejor era mantener a este hombre cerca hasta que viniera el sacerdote.
—Ah, y ya que anocheció, le ruego no deambule por la mansión.
—Te-ten por seguro que no lo haré.
—Si necesita algo, use la campana al lado de la cama, y pase lo que pase, no suba al segundo piso.
—……
Una advertencia final, para asegurarse de que no saliera corriendo del miedo.
El poco color que había recuperado en su rostro se desvaneció de nuevo. Así estaba bien. Ketir dejó de prestarle atención y tomó a Ries en brazos.
Ya era hora de volver.
‘No podré pasar a ver al duque…’
El sol ya se había puesto.
Igual estaría preocupado, así que pensaba dejar una nota con los resultados del examen bajo la puerta antes de regresar a su habitación.
Después de eso, debía concentrarse en observar el estado de Ries. Aunque intentara trabajar, no podría concentrarse.
Mientras tanto, el protagonista de todas las preocupaciones…
‘¿Qué le pasa a ese señor?’
Gracias a su agudo oído, Ries escuchaba claramente lo que Ketir no podía.
Una voz mezcla de miedo y excitación. Definitivamente era la del veterinario, resonando desde la habitación.
—¡El sonido de las olas…! ¡Lo escuché! ¡Era el sonido de las olas!
¿Sonido de olas?
Un murmullo sin sentido. Aquel veterinario que parecía normal se convertía en un lunático ante sus oídos.
Aun así, sentía curiosidad. Aguzó el oído. Aunque las palabras se desvanecían con la distancia, logró captar algunas.
—Seguro… manuscritos antiguos… ritmo cardíaco… olas…
‘……’
Ries permaneció en silencio.
No entendía nada. ¿Ritmo cardíaco? ¿Hablaba de él? Pero luego decía otras palabras sin relación…
‘¿Debería espiarlo mañana?’
Recordaba dónde estaba su habitación. Como dijo que se iba mañana, si se acordaba, iría a buscarlo.
Sin embargo, a la mañana siguiente, la noticia fue que el veterinario se había marchado temprano. Incluso había hecho un chequeo mientras Ries dormía.
Qué veloz.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
—De verdad… qué alivio.
Justin solo pudo tranquilizarse tras confirmar con sus propios ojos que no había ningún problema. Suspiro tras suspiro, sus emociones se filtraban en el aire.
Ries esperaba algún regaño o sermón.
Pero no ocurrió nada de eso. Lo inesperado desbarató sus suposiciones. Y su ya presente culpa creció aún más.
Lentamente se acercó a los pies de Justin y se sentó. Una mano grande le acarició suavemente detrás de las orejas, como una pluma.
—Nyaang.
A estas alturas, ya debería estar acostumbrado, pero Justin seguía tratándolo como a un peluche cubierto de pelusa.
Bueno, alguien tenía que dar el primer paso. Consciente de su culpa, Ries decidió extender primero su ‘mano’.
Apoyándose en las patas traseras, trepó las piernas de Justin con las delanteras. La mano que lo acariciaba se detuvo, indecisa.
¿Le parecía curioso que se estirara tanto? Parpadeaba sin quitarle la vista de encima.
—Meeeow.
Ries lo empujó con las patas delanteras. ¡Abrázame! Tal vez entendió, porque Justin se movió torpemente.
Le sostuvo con cuidado por debajo de las axilas y lo levantó. Las patas delanteras de Ries se apoyaron en sus hombros.
—…Vaya.
Todo iba bien hasta ahí, pero Justin no sabía cómo sostenerle la parte baja del cuerpo. Sus manos iban de un lado a otro sin saber qué hacer.
Esto era incómodo. Estaba a punto de bajarse y cambiar de táctica cuando Justin se levantó. Se dirigió a la cama.
—¡Nyaaang!
Ah, mucho mejor. Al sentarse con las rodillas dobladas, le dio soporte a sus patas traseras.
Bien, estaba en sus brazos, aunque fuera torpemente. No iba a preocuparse por la incomodidad de Justin. Con el tiempo, se acostumbraría.
Era hora de ejecutar su plan.
‘Es hora del premio.’
Ronroneo y amasado. El combo soñado para cualquier amante de los gatos.
Su adorable mascota pegadita, demostrando cuánto te quiere. ¿Qué dueño no lo disfrutaría?
El ronroneo no siempre podía controlarlo, pero el amasado sí. Cuanto más contacto físico, mejor.
Amasaba con sus patas delanteras el pecho y la clavícula de Justin. Al principio era torpe, pero pronto se acostumbró.
—…¿Ries?
Una voz confundida le cayó desde arriba. Bah, acepta mi cariño en silencio. Presionó su cuerpo hacia abajo, obligándolo a recostarse.
Todo por una razón,p quería cuidar del corazón de su dueño.
Al final, no fue un mal desenlace.
Hubo un pequeño incidente con el veterinario y el sacerdote, pero gracias a eso, pudo demostrar que estaba perfectamente bien.
Incluso el veterinario le recomendó darle de vez en cuando comida de humanos. Un árbol que no dejaba de dar, sin duda.
Comments for chapter "Capítulo 17"
MANGA DISCUSSION
♥ Gracias ♥
Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥