El gato está en huelga - Capítulo 12
Es un nombre humano. ¡Y además el de ‘Justin Laufe’! Tenía ganas de revolcarme por toda la habitación de la emoción.
—Si tienes esto, aunque te encuentres con otras personas en esta mansión, no te echarán.
Aunque decía eso, sus manos dudaban. Evitaba mirarme directamente a los ojos, como si se sintiera culpable por ponerme una correa… ¿Culpa, en serio?
‘¡Pónmela ya!’
¿Sabes lo que significa una correa? Que tienes dueño. Y en esta correa está escrito el nombre de ‘Justin Laufe’.
¿Sabes lo que eso significa? Que reconoce que es mi dueño.
Se oye un sonido. ¡Es el sonido de todas mis preocupaciones acumuladas volando bien lejos!
—¡Nyaaang!
Vamos, pónmela, rápido. Ronroneando, lamí los guantes de cuero de Justin. ¡Ha preparado un regalo así, qué dueño tan admirable!
El suave brillo que desprendía ya me parecía inusual, y resulta que sí, debía ser caro. No apretaba fuerte el cuello, y el tacto al ajustarse era tan suave que, si no lo pensaba, podía olvidar que llevaba una correa puesta.
Además, cada vez que caminaba, la campanita sonaba con una pureza similar a la de una gota de agua cayendo en un lago. No era simplemente decorativa, eso seguro.
‘No debió haberla preparado en un par de días.’
Si fuera humano, no habría podido controlar los músculos de la cara y estaría sonriendo como un tonto. Así de feliz estaba.
‘¿Esto lo preparó de antemano?’
Ese hombre grande como un cuervo de repente se veía adorable. Si pudiera hablar, lo habría llenado de halagos hasta hacerlo ruborizar.
Lamentablemente, como era un gato, eso era imposible. En su lugar, le di unos golpecitos a la correa con la pata delantera como si presumiera, y caminé con orgullo.
Tal vez parecía que había perdido toda dignidad humana, pero ese tipo de cosas solo se buscan cuando el cuerpo y la mente están en paz.
Si podía tener una casa cálida a cambio de llevar una correa, lo aceptaba con gusto.
Para Fresa, que ya se había acostumbrado por completo al cuerpo de gato, no era una decisión difícil en absoluto.
Como era de esperarse, Justin salió de la habitación, y Fresa lo siguió. Como no caminaba rápido, no fue difícil alcanzarlo.
Pasaron por un pasillo oscuro y largo, una escalera iluminada débilmente, y cruzaron la entrada principal vacía hasta salir al exterior. El cielo estaba nublado.
‘Mmm, el ambiente es un poco…’
¿Tenebroso…?
El muro cubierto de enredaderas, el sendero de tierra sin mantenimiento, la fuente seca desde hace tiempo…
En lo que parecía ser un jardín, no había ni una sola flor, solo ramas secas y marchitas.
Con un clima tan gris, la sensación escalofriante se intensificaba. Si no fuera porque venía con Justin, habría huido temblando a la mansión.
Justin caminaba por ese camino como si le fuera familiar. Pasaron por tierra reseca, un sendero de piedra mal cuidado, un estanque con agua a medio llenar, hasta llegar a la parte trasera de la mansión.
‘Oh.’
Aquí estaba algo mejor. El suelo estaba bien limpio, y unas espadas bien ordenadas a un lado mostraban signos de estar bien cuidadas. ¿Sería un campo de entrenamiento?
Justin, que había estado caminando sin mirar atrás, se detuvo en seco. Se giró hacia mí.
—Espera aquí.
¿Iba a practicar esgrima? Me senté y me acomodé en el lugar, y Justin eligió una espada adecuada y fue al centro del campo de entrenamiento.
Poco después, comenzó a blandir la espada.
‘Wow…’
Mi boca se abrió sola. Era una escena tan magnífica y fantástica que no pude evitarlo. El paisaje lúgubre y espeluznante de la mansión desapareció completamente de mi mente.
Incluso alguien sin conocimiento de espadas podría darse cuenta. El nivel de esgrima de Justin estaba en una altura imposible de calcular.
Cada vez que blandía la espada, se escuchaba el viento siendo cortado, y a veces ese viento golpeaba mi rostro. Mi bigote blanco se mecía con la ráfaga.
No pasó mucho hasta que aquello, que parecía una danza con espada, llegó a su fin. Si pudiera, habría aplaudido con entusiasmo.
Pero Justin no soltó su postura. ¿Iba a continuar? Dudaba si moverme o no. En ese momento, un brillo rojo apareció en la hoja plateada.
‘¿Qué es eso?’
Fresa quedó horrorizado en silencio.
La espada, envuelta en una luz desconocida, se movió una sola vez y dejó una profunda marca en el suelo. Una herida tan grande que no parecía hecha con un simple corte de espada.
El término ‘energía de espada’ le quedaba perfecto. Si hay dioses y poder sagrado, esto también puede existir. Si esto fuera una novela, seguramente llevaría la etiqueta de fantasía.
Estaba pensando tranquilamente, cuando de pronto me detuve.
‘…¿Es realmente una novela?’
El duque y la maldición, el sacerdote que la cura, el marqués que desconfía de su relación… Son palabras clave muy comunes.
Pero no me detuve mucho a pensarlo.
‘Es que no sé nada.’
Incluso si esto fuera una novela, no saber nada lo hacía simplemente una dura realidad para mí. Borré la posibilidad de mi cabeza. Un hombre que, con suerte, cambió de dueño y se estableció como gato.
Volví a enfocarme en observar. El destello rojo, rompiéndose y esparciéndose de forma resplandeciente, era un deleite visual.
Así, el tiempo pasó y pasó.
‘…¿Cuándo va a terminar?’
El entrenamiento de esgrima, que parecía no tener fin, empiezo a ponerme inquieto. Fresa se levantó para estirarse después de mantener una misma postura por tanto tiempo.
¿Debía quedarme aquí sin saber cuándo iba a acabar? ¿O explorar los alrededores? Pero el ambiente era tan lúgubre que daba miedo andar solo.
Mientras dudaba, de repente algo llamó mi atención. Algo rojo que se balanceaba solo en medio del paisaje gris.
‘¡Una flor!’
No podía resistirme a ese tipo de eventos. Fresa salió corriendo, con pasos tan ligeros como el viento.
ˏˋ꒰♡ ꒱´ˎ
Justine, inmerso en su entrenamiento, se dio cuenta de que el aire que cortaba su espada se había vuelto algo frío.
—…Vaya.
Solo entonces fue consciente del paso del tiempo. En condiciones normales, no sería un problema, pero hoy no estaba solo. Rápidamente volvió la vista al lugar donde había dejado al gato.
…No estaba.
Estaba seguro de que había estado sentado tranquilamente allí, pero ahora no quedaba ni rastro. Apretó los labios con fuerza.
De inmediato arrojó la espada y se puso en movimiento. No debía haberlo dejado solo. No quería hacerlo.
Así que tenía que encontrarlo antes de que cayera el sol. Para que no le temiera…
—Ah.
En ese momento, un arbusto cercano se movió suavemente. Los nervios, que estaban tensos como cuerdas, se relajaron de golpe. Entre las hojas dispersas del arbusto, algo levantó la cabeza.
Un gato amarillo con una hoja pegada a la cabeza y una flor roja en la boca. Una criatura que no combinaba en absoluto con esta mansión vacía y solitaria.
Pero, al verlo mover la cola y acercarse, todo parecía estar bien.
El gato, que venía dando saltitos, extendió la cabeza como si ofreciera la flor. Justine dudó un momento antes de tomarla en sus manos.
Frágil pero intensa. Justo como el ser que se la entregó. Solo entonces se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración.
—…Haa.
Justin suspiró. Fue un suspiro de admiración, de leve temor, y también de una aceptación que había tardado en llegar. Quizás esto era inevitable.
Movió su rígida mano. Se inclinó, tanto que cualquiera lo consideraría indigno, y mirando fijamente aquellos brillantes ojos grises, acarició con cuidado la cabeza.
Como confesando un pecado, murmuró
—…¿No te doy miedo?
Observó en silencio a la pequeña y frágil criatura.
Pero la reacción fue la misma. Igual que la primera vez que se encontraron, igual que el día que la trajo a esta mansión, frotó su cara contra él con toda naturalidad.
Cerró los ojos con fuerza. Ah, esto es un deseo que debería ser el primero y el último. Algo brillante y adorable que decidió mantener a su lado en medio de un mundo oscuro y lleno de desgracia.
Gracias a eso, Justin, nacido con una maldición, probó por primera vez lo que era el ‘afecto’. Era solo una pequeña parte, pero tan dulce y adictiva que lo llenaba de paz.
Impulsivamente, dijo algo que quizás algún día lamentaría.
—Ries.
—¿……?
—Tu nombre es Ries.
Los ojos que lo miraban se abrieron grandes. El gato actuó como si hubiera entendido que ese era su nuevo nombre.
—¡Nyaaang!
Saltó alegremente con pasos ligeros, y sus ojos grises brillaron como si contuvieran estrellas. Justin sonrió amargamente bajo su máscara.
Sin saber que ese nombre era un grillete entregado por el ser más vil y despreciable del mundo. Pero una vez decidido a atarlo a su lado, no podía dejar ir a esa criatura pequeña y desafortunada.
Comments for chapter "Capítulo 12"
MANGA DISCUSSION
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
1 Comment
♥ Gracias ♥
Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥
Franiemil
No recuerdo si en algún momento dijo su nombre de cuando era humano tt