El gato está en huelga - Capítulo 100

  1. Home
  2. El gato está en huelga
  3. Capítulo 100
Prev
Next
Novel Info

Una emoción imposible de ignorar se enrosca en lo más profundo del pecho.

 

—¿No es curioso? Justo ese veterinario intentó irrumpir en tu mansión. Como si allí dentro hubiera algún tesoro escondido.

 

Era una inquietud nítida, punzante.

 

Los ojos de Ries, fijos en el príncipe heredero, tiemblan levemente. Ese tono que parece querer hurgar y la mirada insinuante le resultan tan molestos como una astilla bajo la uña.

 

‘No puede ser…’

 

Una suposición improbable le cruza fugazmente la mente.

 

No, imposible. ¿Dos veces seguidas? Ries sacude con fuerza esa idea escalofriante que amenaza con instalarse en su cabeza.

 

Pero su cuerpo actúa por cuenta propia. Retrocede con lentitud, y sin hacer ruido, se oculta tras Justin.

 

—No me haces ninguna pregunta. No creo que no tengas curiosidad por nada…

 

—…

 

—Está bien. Entonces responderé por mi cuenta. Dado que tú eres el interlocutor, puedo permitirme ese gesto de generosidad.

 

Una sonrisa cargada de intención se dibuja en el rostro del príncipe heredero.

 

—Ese veterinario se pasó el día proclamando a los cuatro vientos: “¡Poseo información valiosísima! ¡Información sobre los híbridos! ¡Ellos existen, realmente existen!”

 

Su tono se vuelve casi teatral.

 

Y aunque esas palabras eran justo las que el interlocutor no quería oír, también eran una patada directa a la última hebra de fe que sostenía Ries.

 

—¿Puedes imaginar la reacción? Todos los que lo escucharon se preocuparon sinceramente por su salud mental. Lo trataron como a un loco.

 

Al final de la frase se cuela una sonrisa sutil, pero nadie responde. El silencio ya se había instalado hacía rato en el espacio que los rodeaba.

 

Por supuesto, al príncipe no le importó. Apoyó el mentón en la mano con aire triunfal, y su sonrisa se volvió aún más marcada.

 

—Pero como dije, sus palabras y acciones me interesan profundamente. Por eso vine a buscarte personalmente.

 

…Aunque se esconda detrás de Justin, Ries siente que esa mirada lo atraviesa.

 

A estas alturas, no hay forma de no entenderlo. Ese tono ambiguo, esa presión velada… Ese príncipe heredero vino al castillo sabiendo absolutamente todo.

 

La mente se le nubla. No ha pasado ni un día desde que el Sumo sacerdote los descubrió, y ahora esto…

 

Dos veces seguidas. Y ambas por personas que, si lo desean, pueden jugar con el Imperio como si fuera una piedra en la palma de la mano.

 

‘El Sumo sacerdote nos respetó…’

 

¿Pero puede repetirse esa suerte?

 

Fue entonces cuando Justin por fin abrió la boca.

 

—¿Qué es exactamente lo que desea decir?

 

Una sola frase, breve, pero cargada de cautela.

 

Ante eso, el puente de la nariz de Harrison se contrae. Justo en ese momento, había asomado la cabeza con curiosidad por lo que ocurría afuera… y lo vio todo de frente.

 

‘…¿Le molestó?’

 

Su cola se eriza. ¿No parece alguien que se ha incomodado por las palabras de Justin?

 

A ese punto, la pequeña cabeza de Ries empieza a encadenar las peores posibilidades. El príncipe grita: “¡Tú eres un híbrido!” y se lo lleva por la fuerza, mientras Justin desenvaina la espada y se lanza contra él…

 

‘No, no, no.’

 

El problema es que parecía perfectamente posible.

 

El Imperio era una sociedad de jerarquías férreas. Si Justin se atrevía a levantar su espada contra Harrison, el príncipe heredero, sería considerado traición sin lugar a dudas. Incluso Ries, que desconocía la cultura imperial, podía imaginar fácilmente cómo terminaría todo eso.

 

Mientras tanto, el tiempo seguía su curso. El príncipe, con una sonrisa contenida, finalmente añadió en voz baja:

 

—Parece que mi intuición no me ha fallado. Duque, no tengo el hábito de iniciar conflictos innecesarios. Y mucho menos aquellos cuyo desenlace ya puedo prever.

 

—Parece que mi intuición no me ha fallado. Duque, no tengo el hábito de iniciar conflictos innecesarios. Y mucho menos aquellos cuyo desenlace ya puedo prever.

 

…El peor escenario que Ries había imaginado comenzaba a materializarse frente a sus ojos. Los oídos le zumbaban, el aire se le atascaba en la garganta.

 

—Así que, duque, entrégame a ese-

 

El corazón estuvo a punto de desplomarse junto con la frase.

 

—¡Ja, ja, ja, ja, ja!

 

Y en un abrir y cerrar de ojos, volvió a su sitio.

 

El hombre, que hasta hace un momento se mostraba arrogante en su asiento, estalló en una carcajada descontrolada. Golpeaba el brazo del sofá con desenfado, se sujetaba el estómago, y hasta se le escapaban lágrimas de risa.

 

Ries lo observaba todo, completamente atónito.

 

¿Esto… qué es?

 

—……

 

—……

 

Aunque una persona y un gato guardaran silencio con perfecta sincronía, Harrison reía sin medida, hasta que por fin logró recuperar el aliento.

 

—Está bien, está bien, no me mires así. Vaya, si lo vuelvo a hacer, el duelo será en serio.

 

—…No fue nada.

 

—¿Y ese silencio previo? ¿Estabas pensando en algo?

 

Su rostro palidece por un instante. El príncipe chasquea la lengua y agita la mano con desgano.

 

—Te lo prometo. No volveré a hacer algo así. Me tiemblan las piernas, no puedo más.

 

Y así, Ries quedó como único testigo de una escena que no lograba comprender. Sus grandes ojos gris plateado se movían entre el príncipe heredero y su propio amo, sin saber a quién mirar primero.

 

Al notar esa reacción, el príncipe heredero se quedó con una expresión incómoda.

 

—Vaya… ¿te asusté?

 

La tensión que había impregnado el aire ya se había disipado por completo. Y a medida que Ries recuperaba la compostura, su mirada también se afilaba.

 

‘¿Me engañó… ahora mismo?’

 

La traición le hizo apretar con fuerza las patas delanteras. Tal vez lo interpretó como una amenaza, porque el príncipe se apresuró a justificarse.

 

—Así acabaré ganándome tu odio. Solo quería poner a prueba cuánto te valora el duque… No, dicho así suena aún peor, ¿verdad? Espera, no me mires de esa forma.

 

—……

 

—Vine para advertirles, sí, pero también porque quiero ayudarles de verdad. Aunque para mí también es una apuesta, y necesitaba confirmar los sentimientos del duque.

 

¿Ayudar?

 

Las patas, que se habían tensado al máximo, se relajaron poco a poco. En cambio, la cola comenzó a golpear el sofá con un ritmo seco, como si dijera: “Habla, te escucho.”

 

El príncipe heredero sintió una extraña frescura ante ese trato, como si fuera la primera vez que alguien lo descolocaba así.

 

—…Para empezar, el veterinario está bajo custodia en palacio. Lo arrestamos por haber irrumpido en la mansión de un noble, así que nadie se ha sentido incómodo con la decisión.

 

Ah… Ries suspiró sin emitir sonido.

 

La presencia del príncipe era tan abrumadora que lo había olvidado por completo. Si lo que decía era cierto, entonces ese veterinario también debía conocer su verdadera identidad.

 

‘¿Cómo lo supo?’

 

Rebuscó en su memoria. Era algo que había ocurrido en los primeros días tras mudarse a la mansión de Justin, así que los recuerdos eran vagos y fragmentados.

 

Hasta que una voz tenue emergió de pronto.

 

—El sonido del mar… Lo escuché claramente. Era el sonido del mar.

 

Sus ojos se abrieron de golpe. Sobre esa frase se superpuso otra voz, más nítida.

 

—Los híbridos han sido, desde tiempos antiguos, seres observados por los dioses.

 

—Como prueba, tu corazón.

 

—Desde ahí se oye el sonido de las olas.

 

Palabras que alguna vez le dijo Sepite. Aunque con ligeras diferencias, ambas voces apuntaban a lo mismo.

 

Que desde su corazón se escuchaba el sonido del mar.

 

Si eso podía vincularse con las características de los híbridos, entonces deducir su identidad era solo cuestión de tiempo. Por lo que decía el príncipe, parecía que el veterinario había pasado ese tiempo investigando sobre los híbridos.

 

Y finalmente, lo había comprendido.

 

‘Que yo soy uno de ellos.’

 

De lo contrario, no habría ido por ahí hablando de híbridos, incluso si lo trataban como a un loco. Ries apretó los labios y bajó la mirada hacia el suelo.

 

‘¿Cómo pude olvidarlo?’

 

Se reprochó a sí mismo por aquella versión pasada, ingenua y despreocupada. Si tan solo hubiera reflexionado una vez sobre las palabras del veterinario, habría comprendido todo mucho antes.

 

‘…No, aunque lo hubiera sabido, ¿habría servido de algo?’

 

En aquel entonces, lo único que deseaba era ocultar su identidad a Justin a toda costa. Probablemente, nada habría cambiado…

 

Pero en el instante siguiente:

 

—Y yo… quiero regalarte una nueva identidad.

 

La culpa que lo carcomía se apagó como una vela ante el viento. Las orejas, que colgaban lánguidas, se alzaron de golpe.

 

—¿Miau…?

 

¿Una nueva identidad?

 

El príncipe heredero, al notar su reacción, esbozó una sonrisa suave.

 

—Así es. Si insistes en mantener esta pequeña forma felina, ya debes saberlo, ¿no? No hay nada bueno en que se descubra la existencia de los híbridos.

 

—……

 

—Si te doy una nueva identidad, te será más fácil moverte. Podrás adoptar la forma que desees, cuando y donde quieras.

 

Ries se estremeció. El príncipe había tocado, sin vacilar, el deseo que él mismo había enterrado en lo más profundo de su corazón.

 

El día en que Justin le pidió que mantuviera su forma de gato por un tiempo.

 

Ries aceptó, aunque sabía que aquella espera no tenía promesa alguna. No quería poner en aprietos a la única persona que lo había comprendido y aceptado.

 

…Pero él lo sabía.

 

Si alguna vez se le ofreciera la oportunidad de elegir su identidad, no dudaría en escoger la forma humana.

 

Y ahora, justo en ese momento, una alternativa perfecta se presentaba ante él. No por cualquiera, sino por el único príncipe heredero del Imperio.

 

Alguien capaz de hacer realidad lo que él apenas se atrevía a pronunciar. Pensar que tal vez no habría otra oportunidad igual le secó la boca y le aceleró el pulso.

 

Fue entonces cuando la mano de Justin se posó sobre su cabeza.

 

—Quiero saber la razón.

 

Una voz seca, firme, le sostuvo la espalda. Y esa caricia sobria, sin adornos, comenzó a desenredar el nudo de pensamientos que lo asfixiaba. La ansiedad que lo estrangulaba segundo a segundo se disipó como si nunca hubiera existido.

 

Aunque la frase estaba incompleta, el príncipe heredero entendió con claridad lo que su interlocutor quería decir. Sus cejas azul oscuro se inclinaron con pesar.

 

—Duque… después de tantos años, ¿vas a dudar ahora de mis buenas intenciones?

 

—Sé que no es alguien que actúe sin beneficio.

 

—¡Ja, ja! Qué juicio tan severo. Pero tienes razón. Me conoces mejor que nadie, eso está claro.

 

Aunque sus palabras tomaban otro rumbo, su rostro parecía francamente divertido. Harrison, con descaro, cambió de expresión y se encogió de hombros.

 

—Si sigo dando rodeos, esto podría acabar mal, así que seré directo. Si el Sumo sacerdote ya ha pasado por aquí, supongo que te habrá contado algo sobre los secretos de los híbridos, ¿no?

 

—Sí.

 

—Entonces, ¿sabes esto también? Que entre todos los híbridos de aquella época, los de raza felina eran los más valiosos.

 

—……

 

El entrecejo de Justin se frunció.

 

—Dicen que los felinos traían buena fortuna y alejaban la desgracia. ¿Y tú crees que los humanos codiciosos iban a dejar pasar algo así?

 

Crack. Ries también se quedó rígido al oír aquella revelación inesperada.

 

Vistas totales: 0
Prev
Next
Novel Info

Comments for chapter "Capítulo 100"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

You must Register or Login to post a comment.

♥ Gracias ♥

Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥

All Genres
  • +19 (197)
  • Acción (49)
  • Adulto (196)
  • Apocalíptico (5)
  • Aventura (24)
  • BDSM (18)
  • BL (186)
  • Ciencia Ficción (13)
  • Comedia (121)
  • Crimen (27)
  • Demonios (19)
  • Deportes (7)
  • Descensurado (19)
  • Drama (305)
  • Ecchi (17)
  • Familia (22)
  • Fantasía (218)
  • Gender Bender (6)
  • GL (7)
  • Gogogo (72)
  • Harem (18)
  • Histórico (60)
  • Horror (8)
  • Isekai (19)
  • Josei (119)
  • Magia (28)
  • Mazmorras (4)
  • Militar (7)
  • Misterio (31)
  • Omegaverse (11)
  • Psicológico (31)
  • Reencarnación (34)
  • Regresión (15)
  • Romance (361)
  • Seinen (5)
  • Shoujo (95)
  • Shounen (13)
  • Sistemas (2)
  • Smut (106)
  • Sobrenatural (43)
  • Soft BL (27)
  • Supervivencia (11)
  • Terror Psicológico (11)
  • Thriller (9)
  • Tragedia (36)
  • Trasmigración (17)
  • Vampiros (3)
  • Venganza (21)
  • Vida cotidiana (47)
  • Vida escolar (55)
  • Videojuegos (7)
  • Wuxia (0)

Madara WordPress Theme by Mangabooth.com

Sign in

Lost your password?

← Back to New Cat

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to New Cat

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to New Cat