El gato está en huelga - Capítulo 10
Era una muestra de afecto que había preparado con bastante entusiasmo. Crucé la mirada con él para ver su reacción, y noté cómo sus ojos rojos titilaban.
‘¿Le habrá gustado?’
Justin dudó un momento antes de abrir la boca.
—…Cuando te recuperes por completo. Entonces te devolveré al lugar del que viniste.
—…
La pequeña esperanza que se venía elevando dentro de mí se desinfló de golpe. Con rabia, le di un coletazo a Justin en la pierna.
Fue justo en ese momento cuando se escuchó un golpe repentino en la puerta. Estaba tan concentrado en Justin que no había notado que alguien más se acercaba, y el susto me hizo dar un brinco en el sitio.
Corrí velozmente detrás de Justin. Su cuerpo corpulento me tapó la vista, lo cual fue un alivio.
—Adelante.
El que entró al recibir permiso se detuvo un momento. Justin, ligeramente agachado, y un gato asomando la cabeza por detrás de él. La escena resultaba tan natural que parecía que siempre hubiéramos estado así.
—Veo que ya se han hecho amigos.
—Es muy sociable con las personas.
Ante esa conversación tan informal, solo moví los ojos. Era evidente que ese hombre era subordinado de Justin, pero aun así lo observé con atención.
Cabello gris apagado, ojos negros. Su expresión daba lástima, con esas ojeras profundas y la piel tan pálida que parecía exhausto.
Pero no tuve tiempo de fijarme mucho en su rostro. Toda mi atención fue captada por el pequeño cuenco que sostenía en las manos.
‘¿…Comida?’
Apenas lo reconocí, se me hizo agua la boca. Así que era eso lo que olía tan bien desde hace rato. Tal vez por notar mi mirada hambrienta, el hombre se agachó a mi altura.
Entonces hizo un ruidito con la lengua y me extendió la mano. Por poco caigo ante la tentación y corro hacia él sin pensar.
—…Hmm. Parece que en realidad solo sigue bien al Duque.
Con un acto de autocontrol sobrehumano, giré la cabeza bruscamente y me escondí otra vez detrás de Justin. La reacción seca hizo que el hombre entornara los ojos.
‘Estoy haciendo todo esto por ti, ¿sabes?’
Es decir, esta era mi forma de decir: mírame, soy un gato muy leal, ¡adóptame ya! Hundí mi cabeza con fuerza contra la espalda de Justin.
—…
Pero el objeto de mi afecto no dijo ni una palabra. Siempre tan coherente con sus reacciones.
Justo cuando estaba a punto de quejarme de nuevo, Justin tomó el cuenco de manos del hombre y lo colocó frente a mí. Mi corazón, que estaba a punto de amargarse, se derritió de nuevo.
—¡Nyaaang!
Corrí directo al plato. Sobre un plato blanco, a una altura perfecta para comer, había una montaña de pollo desmenuzado.
El blanco resplandor del pollo me hizo palpitar el corazón. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que comí carne? Estaba hervida justo en su punto, con un aroma embriagador.
Abrí bien la boca y metí un gran bocado. Aunque el sabor era suave, la temperatura estaba en su punto, y el olor sabroso del pollo llenaba mi nariz. La textura era exquisita. Me sentí abrumado por la emoción.
Y ahí estaba él, el hombre que había presenciado de primera fila el espectáculo de un gato devorando comida.
Ketir Ribote, mayordomo jefe de la casa del duque Laufey, miraba fijamente al sucio gato amarillo que masticaba sin parar, con una expresión extrañamente reflexiva.
Abría la boca tan grande que uno se preguntaba cuánto podía entrar en ella, y aun así lograba engullir montones de pollo. Era sorprendente.
Pero fuera de eso, era una escena muy pacífica. Nunca imaginó que vería y oiría algo así en el dormitorio del duque. Sin duda, era un cambio positivo.
Ketir habló con suavidad.
—¿Ya le ha puesto nombre?
—…No. Cuando se recupere, lo devolveré al lugar de donde vino.
Es decir, no pensaba ponerle nombre. Sin embargo, a pesar de su tono firme, Justin no apartaba la vista del pequeño gato.
Estaba claro que tenía mucho interés en él. Ketir no hizo ningún comentario. No tenía intención de aconsejarle que actuara según su corazón, porque sabía cuán pesada era la carga que Justin llevaba.
Claro que mis oídos de gato estaban bien abiertos, así que, aunque estaba absorto comiendo, escuché toda la conversación.
Masticaba con rabia, tragando pedazos de pollo. Comida rica, calidez, un dueño con buen carácter… No podía perder un lugar tan valioso.
‘Te seguiré hasta que te hartes de mí.’
Voy a conseguir ese nombre cueste lo que cueste. Me lo prometí con determinación. …Después de terminar de comer, claro.
Cuando el plato ya solo tenía jugo de carne en el fondo, lo lamí hasta dejarlo limpio. Fue una comida perfecta.
Tras terminar de comer, pensaba volver a acurrucarme con Justin.
—¡Nyaaang!
Pero antes de poder moverme, Ketir me agarró y me llevó al baño. Lo miré con ojos molestos, entre vapor tibio.
No quería sacarle las garras al hombre que me trajo esa deliciosa comida, pero ya estaba tensando el cuerpo, preparándome para resistir su toque.
Entonces, mojó mis patas con agua tibia, luego mi espalda. Me fue acostumbrando poco a poco a la temperatura antes de meterme en un balde lleno de agua.
—¡…!
Mi cola mojada tembló. Toda la tensión en mis patas desapareció de inmediato. Me derretí en ese lugar como helado.
‘Está tan tibia…’
Manos enjabonadas me masajeaban con cuidado. Parecía que eligieron el jabón más neutro posible, sin ningún olor desagradable.
—¿Le gusta el agua?
Una voz llena de escepticismo se oyó sobre mi cabeza. Sabía que la mayoría de los gatos odian el agua.
Pero dentro de mí vivía alguien que solía bañarse una vez al día. Lo que odiaba de los baños anteriores era el agua helada y el tacto agresivo. Pero con agua tibia y un masaje suave, era otra historia.
Esto era básicamente un baño termal con masaje incluido. Estaba tan relajado que ronroneaba sin parar.
Era el cielo, sin duda.
Después de un baño tan satisfactorio, me secaron completamente el pelaje. Mientras me acicalaba con las patas, toqué a Ketir para llamar su atención.
Noté cómo se detenía a escucharme. ¿Un gesto tan respetuoso incluso con un gato? Mi aprecio por él subió todavía más.
—Nya-Nyaang.
Le di toquecitos, luego arañé el suelo y la puerta cerrada. Él, con expresión dudosa, me preguntó
—¿Quieres que te lleve con el duque?
—Nyaang.
¡Exactamente eso! Salté emocionado. Su cara, ya rara, se volvió aún más confusa ante mi mensaje tan claro.
Ketir, aunque con expresión de resignación, me cargó en brazos. De todas formas, pensaba devolverme después del baño.
Cuando me llevó al baño había pataleado sin parar, pero ahora me dejaba llevar como si nada. Incluso lo miraba si se detenía, como preguntando por qué no avanzaba. Cada vez le parecía más inteligente y extraño este gato.
Y así, cuando volvimos al dormitorio…
—¿Ya están aquí?
El duque, sentado frente a su escritorio revisando papeles, nos saludó.
Apenas unos segundos antes, yo colgaba como trapo mojado en brazos de Ketir. Pero al ver a Justin, empecé a mover las patas.
En cuanto me bajó al suelo, corrí hacia Justin a toda velocidad.
—…Hmm.
Justin entornó los ojos ante el gato que se le acercó moviendo la cola. Ketir conocía bien esa expresión. Era la señal de que pronto le endosaría alguna tarea.
—Tengo asuntos pendientes que atender, con su permiso, duque.
Así que se le adelantó y se marchó antes de que le encargaran algo más. Ketir abrió la puerta y desapareció como el viento.
Deslizando los ojos hacia abajo, Justin vio al gato con ojos brillantes mirándolo con devoción.
—…
—Meoooow.
Otra vez, los dos solos.
Aunque Justin estuviera sumido en pensamientos, yo no iba a dejar pasar la oportunidad. Como una serpiente deslizándome por una tapia, salté directo a su regazo.
—¡…!
Su cuerpo se tensó. Justin no me apartó, pero tampoco me tocó. Solo se quedó inmóvil, rígido como una estatua.
Puse mis patas delanteras sobre su muslo tenso. Estaba tan duro como una piedra. Empecé a presionarlo suavemente.
‘Vamos, relájate.’
Mi actitud era descarada, pero funcionó. Poco a poco sus músculos se aflojaron.
Ahora sí, esto ya era otra cosa. Me relajé por completo sobre su regazo. El calor de su cuerpo me envolvía.
Comments for chapter "Capítulo 10"
MANGA DISCUSSION
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
1 Comment
♥ Gracias ♥
Hola muchas gracias a todos por leer en Newcat ♥
Franiemil
Que ternuraa