El amo del primer piso de la torre - Capítulo 1

Capítulo 1: Prólogo.

Escalé la torre.

 

Pensé que encontraría la respuesta del porqué nos provocaron tanta desesperación al llegar al piso N°100. 

 

No me detuve a descansar ni aparté la mirada de la meta. No tuve la oportunidad de relajarme ni por un segundo. Seguí subiendo, al ser la última esperanza de la humanidad. Así me convertí en el primer hombre en alcanzar el piso N°100.

 

[Al fin llegaste]

 

“¿Qué debo hacer ahora?” Pregunté

 

[No tienes que hacer nada, excepto tomar el bautismo.]

 

“¿Bautizarme?¿Qué va a cambiar al bautizarme?” Cuestioné.

 

[Obtendrás nuestro reconocimiento y te convertiremos en apóstol.]

 

Apreté mis dientes y miré a los Dioses. A pesar de haber alcanzado el piso N°100 no era capaz de ver sus formas físicas. Lo único que apreciaba era una forma borrosa y algo de su energía.

 

“¿¡Me hicieron subir está torre para ser su secuaz!?” Grité de dolor y desesperación.

 

Escalé esta torre, perdí amigos, colegas, e incluso mi familia. Que ingenuo fui al creer que podría salir al llegar al piso N°100. Subí pensando que sería capaz de salvar a aquellos a los que perdí en el camino.

 

[No lo llames así, amigo. Quien sea que llegué al piso N°100 merece ser reconocido por los Dioses. También tienen el derecho de unirse a nosotros.]

 

[Son peces muy grandes en una pecera pequeña. Saldrán de esta mísera torre y cuidaran el mundo.]

 

“¿… Significa que no puedo volver a la tierra?” Pregunté

 

[Así es.]

 

No pude evitar caer en la desesperación al escuchar el tono firme de Dios. Al fin había alcanzado la posición de Gran Mago al subir al piso N°100 a través del constante entrenamiento, cubierto de sudor y lágrimas. No llegué hasta aquí para convertirme en su peón.

 

“Si ese es el caso, entonces los mataré y saldré de la torre.” Declare, dando forma a mi magia de una vara brillante.

 

[Que estúpida decisión.]

 

Hubo una serie de poderosos choques. y su fuerza era suficiente para engullir el mundo entero. Las consecuencias de la batalla fueron desastrosas, convirtiendo los alrededores en una enorme catástrofe.

 

¡Kul luk!

 

La varita que usé para emitir la luz brillante estaba rota, y la capa mágica se encontraba hecha pedazos. Mi cuerpo comenzó a desintegrarse. Sentí la sangre borbotear por mi garganta, provocándome el impulso de vomitar.

 

[Perdonaré tu impertinencia si cambias de opinión ahora mismo.]

 

Esas palabras me hicieron apretar mis dientes de la rabia. Los Dioses parecían arrepentidos luego de presenciar mi poder.

 

Al alzar la vista con dolor, pude observar débilmente sus siluetas. Sus figuras se veían igual a como las vi al llegar, pero se notaban menos amenazantes al degradarse su presencia.

 

‘Después de todo, no son tan diferentes de los humanos’

 

Hemos sobreestimado a los Dioses. Los humanos tienen la posibilidad de derrotarlos si entrenan lo suficiente. Si tan sólo hubiese tenido más tiempo… Si hubiese sabido un poco más sobre estos poderes, podría haber hecho algo al respecto.

 

[Tan terco. Por eso los humanos son imperfectos.]

 

No me molesté en responder. Ya todo había terminado.

 

[¿Crees que es el final? Te haré pagar por ir en contra de los Dioses. Vive el resto de tu vida con desesperación y comprende lo simplón que eres.]

 

El poder desconocido me envolvió. Mi existencia comenzó a desvanecerse cómo siendo arrastrado por un gran torrente.

 

[Serás reprimido por los humanos para siempre. Vive sintiéndote indefenso sin tus recuerdos. Se torturado sin misericordia por tus colegas, amigos y familiares hasta la muerte.]

 

Y con eso, mi existencia como Lee Shin desapareció.

 

***

 

En el área de espera del primer piso, existía una vasta tierra, altas montañas, algunos terrenos rocosos al lado opuesto, y el océano azul a la distancia. Aparte del paisaje, no se veía nada más por la zona.

 

“¡Hola” ¡Soy Toeing, el gerente de este lugar!” Toeing saluda con una animada voz, sus lindas orejas de conejo aleteaban mientras ingresaban los retadores al área de descanso.

 

“¿Va a desafiar el primer piso?”  Toeing pregunta.

 

Dos retadores fueron invocados en la cueva del primer piso.

 

“¿Este es el primer piso?” Preguntó uno de ellos.

 

La entrada de la cueva era considerablemente larga. Tras ellos parecía haber un acantilado empinado, en frente lo que aparentaba ser un pasillo que guiaba a la oscuridad.

 

Kaaaak-

 

El fuerte chillido de un pájaro provocó que ambos retadores se acercaran más al acantilado.

 

“¡Ah! ¿Qué fue eso?” Preguntó uno de ellos con voz aterrada.

 

Al echar un vistazo al acantilado, había una alta y empinada roca con una larga caída hacia abajo. Por los alrededores se encontraba volando un enorme pájaro hecho de hielo. La apariencia del pájaro era lo suficientemente espeluznante para provocar escalofríos a los hombres. El ave emite lo que parecía ser aliento congelante.

 

Ambos retadores se apresuraron dentro de la cueva procurando no ser notados por el ave.

 

“Oye, creo que el aliento helado de esa cosa podría matarnos fácilmente ¡Entremos rápido!” Clamó uno de ellos con urgencia.

 

“S-Si, vamos.” Afirmó el otro retador.

 

Los monstruos comunes del primer piso no eran una amenaza. Los esqueletos de clase baja, goblins enanos, y las ratas de alcantarilla eran derrotadas fácilmente con una espada básica.

 

“¿El jefe está aquí?” Pregunta uno de los retadores.

 

“Aún me siento nervioso. A pesar de que empezamos hace poco ya estamos enfrentando al jefe del primer piso.” Comenta el otro retador.

 

“¿Qué quieres decir? Ya sabemos lo débil que es. Terminemos esto rápido.” Exclama el otro con seguridad.

 

Los dos abrieron la puerta con fuerza cuando se plantaron ante la habitación del jefe.

 

Entonces escucharon una voz entrecortada decir, “¿Quién… eres… tú?”

 

“¿Quién… soy… yo?” Parecía tener problemas para mantener la cordura.

 

“Yo… soy… Dios.” Aquel extraño hombre se llamó a sí mismo Dios.

 

El jefe del primer piso era un nigromante que había sido debilitado por una maldición. Viviendo en la región polar, estudió cómo deshacer la maldición pero fracasó en el intento. Debido a esto, su mente se quebró.

 

Los materiales de investigación y reactivos utilizados estaban esparcidos por todo el lugar. Los retadores no pudieron reconocer los escritos, y tampoco estaban interesados en prestar atención a ellos.

 

“¿en serio es un Dios? Ese tipo está loco.” Dijo uno de los retadores.

 

“Matemoslo de una vez.” replicó el otro hombre.

 

“Si, hagamoslo.” confirmó.

 

El nigromante escudriñó a los retadores con disgusto mientras hablaban. Ambos sintieron escalofríos al notar su mirada.

 

[Flecha Oscura]

 

Una flecha mágica violeta oscura apareció en el aire apuntando hacia ellos. Sería doloroso si alguno era alcanzado por las flechas, pero eran relativamente fáciles de esquivar.

 

“¡Muere!” Gritó un retador.

 

Matar al nigromante sin agilidad y que sólo usaba magia sencilla, era pan comido. Además, el único hechizo que podía lanzar era Flecha Oscura.

 

El nigromante cayó con un jadeo.

 

Los retadores fruncieron el ceño al ver al nigromante toser sangre, la reacción de éste les hizo sentir que cómo si hubieran asesinado a un verdadero humano.

 

“Me siento asqueroso.” comentó un retador mientras observaba al nigromante.

 

“No te preocupes, es falso.” Replanteo el otro.

 

Y así, el jefe del primer piso, el nigromante trastornado, murió.

 

“¡Bienvenidos, retadores! Soy Toeing.” Toeing exclama con voz animada.

 

Toeing les dio la bienvenida a los nuevos retadores que ingresaban al primer piso.

 

“¿Es ésta la habitación del jefe del primer piso?” Los nuevos retadores preguntaron. Habían alcanzado los aposentos del jefe.

 

“¿Quién… eres… tú?” Preguntó el jefe con voz entrecortada.

 

“¿Quien crees? Los retadores.” Replicaron ellos con determinación.

 

“¿Quién… soy— Agh!” El nigromante del primer piso murió.

 

“¡Bienvenidos! Soy Toe—” Toeing exclama, pero es interrumpido a media frase.

 

“¿Quién… eres…t—” El nigromante, nuevamente, falla en completar su pregunta.

 

“¡No necesitas saberlo!” Dicen los retadores.

 

“¡Agh!” El nigromante muere sin ser capaz de terminar sus líneas.

 

“¡Bienvenidos—” Toeing es interrumpido otra vez.

 

“¿Quien—” El nigromante intenta hablar “¡Agh!”

 

De todos modos, muere.

 

“¡Agh!” antes de darse cuenta, es asesinado.

 

“¡Ag—” Y otra vez, sin dejarle siquiera gritar.

 

“…” Y otra vez, sin dejarle siquiera hablar.

 

Es asesinado una y otra vez. Sigue muriendo.

Traductor/a: Aku

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